Para conocer las entrañas de la Sierra Nevada de Santa Marta, nada mejor que las expresiones del ex Ministro del Medio Ambiente Juan Mayr, Director de la Fundación Prosierra, contenidas en su artículo “el país de las nieves” de la revista Avianca No. 54 de septiembre de 2009: “Son las cinco de la mañana. La luz del sol empieza a iluminar de manera tenue y multicolor los picos nevados.
El canto de las pavas es el primer sonido que irrumpe en la selva y silencia el de las chicharras nocturnas. Luego, los monos aulladores darán inicio a un concierto interminable al que se sumará el eco de los ríos y quebradas de aguas cristalinas que corren por las gargantas de profundos cañones cubiertos de selva. Guacamayas, águilas, cóndores sobrevuelan el cielo inmensamente azul de esta Sierra Nevada de Santa Marta de aire impoluto, que huele a selva, a vida. ¿Quién puede dudar que este es el corazón del mundo?”

Es una montaña insular, cuya altura máxima alcanza los 5.775 m.s.n.m en una distancia de 42 km y se erige en la montaña costera más alta del mundo, con un área de 17.000 km2. Debido a su naturaleza aislada y variación altitudinal, La Sierra Nevada de Santa Marta contiene un mosaico de biomas significativos a nivel global, y, por consiguiente, todas las zonas climáticas que pueden hallarse en la América tropical. Además de su riqueza de flora y fauna, da origen a 35 cuencas hidrográficas, así como a las extensas áreas agrícolas de las llanuras circundantes. De ella hacen parte 3 resguardos indígenas ( kogi/Malayo/Arhuaco, arsario, kankwamo) y los Parques Nacionales Naturales Tayrona y Sierra Nevada de Santa Marta.

Toda vez que la Sierra Nevada de Santa Marta fue declarada en 1986 por la UNESCO como reserva de la biosfera, el estado
colombiano y diversas Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) propenden por la recuperación del componente biológico,
ecológico y socio-cultural de la zona, ante su permanente degradación por prácticas agrícolas inadecuadas para las condiciones particulares del macizo montañoso.

Así las cosas, este santuario natural se convierte en un especial atractivo del caribe colombiano y destino eco turístico para jóvenes
y amantes de la conservación, desde la perspectiva de un desarrollo sostenible.

Los tesoros incalculables que allí se encuentran estan disponibles para aquellos con espiritu de accion y sentimiento de pura naturaleza. Eso si, aqui queremos cuidar este magico lugar para que nuestras futuras generaciones se les brinde la posibilidad de disfrutar del corazón del mundo.